¿Qué es el Síndrome Alcohólico Fetal?
El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (conocido con el acrónimo: TEAF) es el término utilizado para agrupar un gran número de anomalías físicas, mentales, conductuales y cognitivas que un individuo puede presentar cuando ha sido expuesto al alcohol durante su desarrollo prenatal.
Su máxima expresión se conoce como Síndrome Alcohólico Fetal (SAF). Sus características se pueden dividir en: malformaciones morfológicas (especialmente defectos cráneo-faciales), retraso en el crecimiento y alteraciones del sistema nervioso central, expresadas principalmente por alteraciones cognitivas, conductuales, de socialización y de aprendizaje.
La exposición prenatal al alcohol es la principal causa conocida y prevenible de retraso mental en el mundo occidental. Se estima que en Europa afecta en promedio a 1 de cada 1000 recién nacidos, existiendo países con cifras mucho mayores.
Signos y síntomas
El síndrome alcohólico fetal se caracteriza desde el punto de vista clínico por la presencia de todos o algunos de los siguientes signos y síntomas:
1. Anomalías cráneo-faciales
Las principales características son las siguientes: aplanamiento del espacio entre la nariz y el labio superior (conocido como filtro nasal plano), el labio superior delgado (fino) y los ojos pequeños (hendiduras palpebrales pequeñas). Existen guías exactas con las medidas en milímetros que se consideran anormales de todos estos signos.
2. Retraso del desarrollo
Se define como la presencia de unas cifras de peso o de talla, o de ambas, por debajo de un valor mínimo promedio en recién nacidos que han estado expuestos al consumo materno de alcohol durante el embarazo.
3. Sistema nervioso central
La exposición prenatal al alcohol se clasifica como teratógena, es decir, que puede dañar el desarrollo del cerebro en diferentes grados, dependiendo de la cantidad, el momento y la frecuencia de la exposición. El daño que el alcohol produce en el sistema nervioso central dará lugar en el recién nacido y sobre todo en el niño y el adolescente a anomalías de la conducta y de la inteligencia, y se puede valorar en 3 áreas diferentes:
a) La estructura anatómica del sistema nervioso, por ejemplo, un cerebro pequeño (microcefalia) o anomalías en la formación de las diferentes partes del cerebro.
b) El funcionamiento neurológico, por ejemplo, aparición de convulsiones, afectación del desarrollo de las habilidades motoras, pérdida de audición, problemas visuales, mala coordinación entre la vista y la manipulación.
c) El funcionamiento intelectual, manifestándose como trastornos del comportamiento, agresividad, falta de autocontrol de los impulsos, falta de atención e hiperactividad, retraso mental, problemas de aprendizaje, mala memoria, problemas de integración social y manca de habilidades sociales, etc.
Hay otros múltiples signos clínicos que pueden asociarse con el síndrome alcohol fetal, por ejemplo, problemas cardíacos, alteraciones óseas y articulares, problemas del riñón, trastornos del sueño, etc.
Critérios Diagnósticos
Existen distintas guías para el diagnóstico del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal. Actualmente están aceptadas 4 clasificaciones dentro del TEAF:
1. SAF (con o sin una historia confirmada de exposición fetal al alcohol)
Presencia de anomalías faciales, retraso de crecimiento y evidencia de daño cerebral en un recién nacido o un niño con o sin exposición prenatal al alcohol confirmada (por declaración de la madre o por análisis de laboratorio).
2. SAF parcial (con o sin una historia confirmada de exposición fetal al alcohol)
No se cumplen todos los criterios de SAF. Normalmente falta el retraso de crecimiento.
3. Defectos congénitos relacionados con el alcohol (ARBD)
Presencia de anomalías físicas y otras malformaciones orgánicas relacionadas con el alcohol (ejemplo: defectos cardíacos, malformaciones renales, problemas oculares, trastornos musculo-esqueléticos, etc),
Requiere de la confirmación de exposición prenatal al alcohol (por declaración de la madre o por análisis de laboratorio).
4. Trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol (ARND)
Clínica neurológica y neuropsicológica sugestiva de exposición prenatal al alcohol. No hay presencia de anomalías físicas ni retraso en el crecimiento.
Requiere de la confirmación de exposición prenatal al alcohol (por declaración de la madre o por análisis de laboratorio).
SAF COMPLETO
Características físicas
Retraso de Crecimiento
Alt. Neuropsicológicas
SAF PARCIAL
No se manifiestan todas las características del SAF
ARBD (defectos nacimiento)
Características físicas
Otras malformaciones menores
ARND (trast. neurodesarrollo)
Alt. neurológicas
NO alteraciones físicas
Tratamiento
No existe un tratamiento curativo para el SAF, porque las alteraciones que el alcohol provoca en el desarrollo del sistema nervioso central, ya sean más o menos graves, dan lugar a lesiones permanentes.
El hecho de que el daño cerebral, los síntomas, las discapacidades secundarias y las necesidades sean absolutamente individuales en cada caso, impide que se pueda generalizar un tratamiento estándar que sea efectivo en todos los casos.
El tratamiento se basa en medidas específicas de cada trastorno asociado, por ejemplo, los problemas de lenguaje, de comportamiento o de hiperactividad o falta de atención, y actuaciones a nivel educativo (por ejemplo, adaptaciones curriculares o recursos de educación especial).
En general se emplean fármacos psicoactivos e intervenciones conductuales cuando hay un trastorno de la conducta, tratamientos de logopedia, intervenciones para reforzar y adaptar el aprendizaje, estimulación precoz para favorecer el desarrollo psicomotor, intervenciones generales de apoyo, intervenciones sociales de protección, tratamientos psicológicos y psiquiátricos adaptados.
Aún así hay varios estudios en marcha para buscar fármacos/terapias que puedan mejorar el rendimiento cognitivo de estos niños.
Pronóstico
El pronóstico de cada uno de estos niños estará condicionado por la gravedad de la afectación del neurodesarrollo, el entorno socioambiental y las intervenciones terapéuticas específicas, además de las discapacidades que presenten. En este sentido, es necesario prestar una especial atención a una serie de trastornos funcionales que se dan en estos casos: problemas de aprendizaje, afectación del desarrollo motor, hiperactividad, deficiencia de atención, problemas de la conducta adaptativa, retraso mental y otras alteraciones cognitivas, trastornos de la función ejecutiva, del lenguaje, de la memoria, de integración social y de comunicación social.
Se trata de una enfermedad crónica y estas alteraciones se traducen en la vida adulta en una serie de discapacidades secundarias: problemas de salud mental, experiencia escolar alterada, problemas legales, internamiento en instituciones, conducta sexual inapropiada y problemas con el consumo de sustancias de abuso, incluyendo el alcohol, además de situaciones de incapacidad, dependencia y problemas para encontrar empleo.
Prevención
El alcohol es un generador de malformaciones, y la única manera certera de prevenir el SAF es evitar el consumo de alcohol durante el embarazo.
No se ha demostrado en estudios de seguimiento que pequeñas cantidades de alcohol durante el embarazo no puedan suponer un riesgo con absoluta certeza, por lo que la recomendación a las mujeres embarazadas (y también a las mujeres que desean quedarse embarazadas en un futuro inmediato, para evitar daños en las primeras etapas de la gestación, cuando la mujer aún no sabe que está embarazada) es la abstinencia total durante el período de la gestación.
Todavía no se ha aprobado en nuestro entorno una legislación que exija el etiquetado de aviso de evitar su consumo por embarazadas en los envases de bebidas alcohólicas, igual que ocurre con el tabaco.